jueves

Presentación

Presentar un libro siempre es un acto desconcertante. En principio se trata simplemente de sacarlo a la luz, de darle vida, de hacerlo existir. Una celebración de su entrada en las estanterías (tanto de la librería como de algunas casas).
Sin embargo, las presentaciones literarias, tal como están diseñadas tradicionalmente no dejan de tener una mezcla de masoquismo y ego. Si lo pensamos, son actos donde se invita a alguien para que hable bien de un libro delante de su autor. Y todo esto, mayoritariamente, ante los amigos y conocidos del propio autor. Es como decir, mirad qué majo que soy, qué cosita he escrito, y no lo digo yo, que lo dice éste.
Desconozco qué cruza por la cabeza del resto de escritores cuando están allí, frente a la gente, con alguien ponderando su obra. Yo, como casi siempre (ya me vais conociendo), siento miedo. Yo me pregunto primero, ¿será verdad lo que dice este fulano?, y segundo, ¿quién va a pagar las copas de luego?
Como la respuesta a la segunda pregunta siempre es que las paga uno mismo, al final he decidido que paso de la respuesta a la primera pregunta, que antes de poner a hablar del libro delante de mí a alguien que pueda decir su opinión sincera, prefiero poner a alguien a quien me guste pagarle las copas.

Así que os invito a todos/as a la presentación del libro “Cuando tu rostro era niebla”, el viernes 16 a las 19,30 horas en la FNAC de Zaragoza.

A la guitarra estará probablemente Victoria Pico, de la editorial Onagro (a no ser que Fernando se decida a subir); el menda, Mario, estará de plantón delante del micro, y el artista invitado será Óscar Sipán (y yo encantado de pagarle las copas…).

A las voces todos/as los que vengáis.

martes

Saldando deudas III: el 23 de abril



Todo el mundo dice que este 23 de abril en Zaragoza ha sido estupendo, que hizo buen tiempo, que se vendió mucho… Un exitazo, vamos.Y yo lo corroboro. Aunque por motivos algo diferentes. Mi historia comienza igual. Vendiendo mucho. Salimos a la calle con el bicho y ninguna otra promoción, y nos volvimos sólo con 11 ejemplares. Los supervivientes. El resto de la sección cayó en combate. Pero lo bonito no fue la venta (y digo esto sin que sirva de precedente). Lo bonito fue la gran cantidad de gente que cuando vio mi nuevo libro lo quiso comprar porque le había encantado el anterior. Una sorpresa enternecedora.Del primer libro se vendieron más de un millar de libros. Pero no te das cuenta de lo que eso significa, los libros desaparecen del almacén e intuyes que es bueno, pero no sabes dónde van a parar. Es como si alguien los tirara poco a poco al río. Los libros ya no están y quieres creer que siguen vivos, pero son como hijos que van a la guerra: un buen día todo termina y nunca regresan.En esta ocasión regresaron.

Ha sido maravilloso descubrir hasta que punto Al final de la Cebada gustó a la gente, como se acordaban de él, como esperaban el siguiente y cómo se emocionaron al encontrarlo. La gente alrededor de ellos, cuando hablaban de la Cebada, compraban ese, en lugar de comprar la novedad. Nunca lo hubiera imaginado.

Muchas gracias a todos/as que me habéis tenido la paciencia. Prometo no tardar tanto nunca. Y a los que habéis confiado en mí por primera vez, espero no defraudaros.Os quiero a todos. Ahora ya sabré que responderme cuando me pregunte, las noches de frío en los huesos, cuando las frases se atascan en el barro, cuando las páginas escupen a la cara, porqué demonios escribo.
Escribo porque estáis ahí.


(La habitación es el zulo donde estuve un mes encerrado en Estocolomo terminando el libro)